Nos encontramos en la era de la información, enfrentando el reto de tomar decisiones en cuestion de segundos y buscando capitalizar oportunidades en medio de un entorno dinamicamente cambiante, hecho que ha implicado que los gerentes de las compañias deban disponer de información actualizada, consolidable y verificable a traves del tiempo; con el fin de afrontar esta situación muchas compañias han tomado la decisión de contratar servicios de consultoría con el objeto de implementar un ERP para consolidar su información y darle mayor fluidez a sus procesos, no obstante a la hora del Té las cosas no funcionan como se planteo al momento de abordar el proyecto y terminan invirtiendose una cantidad superior de recursos que los previstos sin obtener resultados completamente satisfactorios.
Pero porque sucede esta situación si en teoria la planeación del proyecto presentaba una condición ideal al inicio del mismo?, la respuesta a esta pregunta se encuentra determinada por el consumismo de nuestra sociedad actual que busca vender por encima de cualquier otra cosa, hecho que implica que los proyectos no sean abordados con el nivel de rigurosidad que se requiere y que se presenten tiempos demasiado cortos para la implementación tan solo con el fin de ganar un contrato; sumado a este tema encontramos a consultores poco comprometidos que en medio del cobro de sus servicios profesionales se olvidan de su rol de acompañantes y guias durante el proceso de implantación y estabilización de un proyecto; es claro que la responsabilidad completa no es unica de la empresa consultora, sino que se encuentra diluida entre esta y el cliente, quien bajo la falsa premisa d pretender que un cambio en un sistema de información es analogo a reemplazar una pieza defectuosa con otra nueva, no coordina de una manera adecuada el cambio empresarial a nivel conceptual, administrativo, funcional que se requiere.
Pero porque sucede esta situación si en teoria la planeación del proyecto presentaba una condición ideal al inicio del mismo?, la respuesta a esta pregunta se encuentra determinada por el consumismo de nuestra sociedad actual que busca vender por encima de cualquier otra cosa, hecho que implica que los proyectos no sean abordados con el nivel de rigurosidad que se requiere y que se presenten tiempos demasiado cortos para la implementación tan solo con el fin de ganar un contrato; sumado a este tema encontramos a consultores poco comprometidos que en medio del cobro de sus servicios profesionales se olvidan de su rol de acompañantes y guias durante el proceso de implantación y estabilización de un proyecto; es claro que la responsabilidad completa no es unica de la empresa consultora, sino que se encuentra diluida entre esta y el cliente, quien bajo la falsa premisa d pretender que un cambio en un sistema de información es analogo a reemplazar una pieza defectuosa con otra nueva, no coordina de una manera adecuada el cambio empresarial a nivel conceptual, administrativo, funcional que se requiere.
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