El proceso de planeación tributaria permite a las personas jurídicas y naturales, siempre bajo el amparo de la legalidad, determinar la forma más adecuada para realizar los pagos de sus obligaciones con el estado en los tiempos adecuados, pero buscando realizar los pagos más bajos posibles, con el estricto y único fin de garantizar el cumplimiento del objetivo básico financiero; no obstante en el pro de lograr tal objetivo, la compañía bajo ningún precepto deberá realizar acciones que pongan en riesgo la operación de la empresa, de igual manera tampoco deberán trasladarse los tributos que dejo de pagar la compañía, hacia sus socios y de plano deberá definirse una política que permita consolidar el proceso de planificación en el tiempo y no como un conjunto de medidas temporales que buscan la reducción de las obligaciones tributarias para un periodo de tiempo, sin importar que a futuro estos se incrementen.
Es entonces claro el proceso de planificación tributaria tiene como fin último garantizar que el estado reciba la mínima suma posible por el concepto del pago de tributos, de manera tal que el contribuyente no vea afectada su rentabilidad ni que el fisco afecte de una manera negativa sus finanzas; por lo tanto este proceso se convierte en una herramienta útil a la administración empresarial para permitirle de una manera anticipada determinar los posibles efectos de los impuestos sobre las finanzas de la compañía y de esta manera poder establecer un conjunto de medidas que puedan aminorar la carga tributaria en el tiempo, valiéndose de los beneficios que para tal fin se determinan en el estatuto tributario; adicionalmente es conveniente mencionar que dada la naturaleza fluctuante que han presentado la normatividad tributaria en el país, el impacto generado por un proceso de estas características, permite preparar los planes empresariales con el fin de permitirle a la administración la definición de estrategias para afrontar tales cambios.
Con el fin de afrontar un proceso de planeación tributaria de una manera eficiente, se hace necesario definir un conjunto de fases, en las cuales se definirá este de tal manera que pueda llevarse a cabo de una forma eficiente; para tal fin primero deberá tenerse un claro conocimiento del negocio, esto incluye las características de la compañía, objeto social, composición de su capital social, riesgos a los cuales se encuentra expuesta, legislación tributaria de carácter especial que es aplicada a ella, planes de inversión e información contable y financiera proyectada en el tiempo; adicionalmente se hace necesario recapitular la información historia de la compañía respecto al manejo tributario, con el fin de identificar aquellos aspectos susceptibles a mejorar, así como la posibilidad de aprovechar saldos a favor y evitar sanciones.
Partiendo de la información recopilada previamente, se define un plan que permita cubrir los siguientes aspectos tales como el diferir los impuestos, los costos de oportunidad ó riesgos involucrados en una alternativa específica y finalmente las modificaciones que vienen de la mano de las reformas tributarias que se dan tan frecuentemente en nuestro país. Considerando tales elementos se hace necesario entonces preguntarse ¿Qué quieren los accionistas?, respuesta que bien puede ser repartir utilidades, capitalizar la compañía, reducir los impuestos que cancela la compañía ó reducir los impactos en los accionistas minoritarios; no obstante de la mano de las alternativas que se presentan en el tema tributario a nivel nacional, también deben contemplarse alternativas que involucran la utilización de los mercados nacionales, esto de la mano de figuras que permiten gozar de bajas tasas de tributación como la presentada en los paraísos fiscales, fideicomisos y sociedades OFFSHORE, claro está que el manejo dado siempre deberá ser legal y perseguir fines lícitos.
Ahora bien, es claro que la implementación del plan definido, requiere de una estrategia con el fin de lograr una exitosa implementación, para tal fin, se hace necesario siempre considerar hasta el más mínimo detalle, por ejemplo en el caso de la presentación de la declaración de renta, deberá procurar presentarla de manera oportuna, acogerse al beneficio de auditoría, evitar pedir reembolsos, así como la ocurrencia de errores en el diligenciamiento del formulario; adicionalmente es claro identificar los riesgos a los cuales se encuentra expuesto el contribuyente, con el fin de minimizar su impacto en caso de ocurrencia, esto permitirá garantizar el cumplimiento del objetivo del proceso.
La gestión del riesgo sistémico del proceso de planeación tributaria, implica la determinación de aquellos factores en los cuales se debe fundamentar la estrategia, considerando entonces la implementación de una matriz DOFA, en la cual las debilidades estarán supeditadas a la situación interna de la empresa, las cuales estarán determinadas por no conformidades en los soportes e información contable; en el caso de las oportunidades se aprecia la posibilidad de acogerse a beneficios, exenciones y descuentos; las amenazas estarán determinadas por las modificaciones en el régimen tributario nacional y de los países en los cuales se encuentre localizado el capital de la persona natural ó jurídica; finalmente las fortalezas se encuentran asociadas con las condiciones de los países en las cuales están los recursos.
Consideremos el caso puntual de una empresa dedicada a negocios en el área de tecnologías de la información, la cual puede cimentar su estrategia tributaria en elementos tales como el desarrollo y comercialización de software propio, siempre y cuando este sea elaborado antes del 31 de diciembre de 2012, la prestación de servicios a empresas ubicadas en el extranjero, dado que estos gozan de exención en el impuesto a las ventas, el leasing de los equipos de computo, ubicación en zonas francas, entre otras; No obstante la implementación de la estrategia, deberá ir de la mano de un proceso de concertación , que permita enfocar los objetivos de la organización y de sus accionistas en torno a los aspectos que será necesario evaluar en términos de afectación de los individuos; en consideración a este aspecto, deberá realizarse una evaluación integral, considerando que el objetivo del administrador es la maximización del valor de la empresa, considerando como un fin el precio de venta de la empresa y no la distribución de las utilidades vía dividendos, claro está que para muchos accionistas, la idea de no recibir dividendos o hacerlo en una proporción inferior a la esperada, deja la percepción de una mala gestión, sería tarea de las directivas de la empresa realizar la adecuada capacitación financiera de las personas respecto a estos elementos.
La situación ideal de un proceso de planeación consiste en aplicar todos aquellos elementos que se encuentren en la legalidad que permitan generar un impuesto alternativo al realmente causado, con un nivel de riesgo cero; el hecho entonces no es dejar de pagar impuesto sino buscar cancelar el mínimo valor posible; para tal fin como se ha venido haciendo mención de una manera previa, deberá en una primera instancia llevar a cabo un proceso de evaluación financiera, definido para un horizonte no menor a cinco años, considerando los flujos de caja proyectados bajo tres escenarios, uno optimista, uno pesimista y finalmente uno neutral, estos escenarios se encontraran soportados en proyecciones macro y microeconómicas, preferiblemente publicadas por entidades que gocen de credibilidad a nivel nacional; a su vez se hace necesario contemplar los posibles cambios en la normatividad tributaria, especialmente porque estos pueden percibirse mucho antes que ocurran, tal es el caso del GMF y del impuesto al patrimonio, así como la posibilidad de la desaparición de exenciones, claro está que siempre puede plantearse la opción de un acuerdo de estabilidad jurídica, los cuales se convierten para el gobierno nacional en una herramienta para reforzar la confianza y generar un clima propicio para la inversión.
Para finalizar, se hace necesario dentro del proceso correspondiente a la planificación, construir un cuadro en el cual se ilustren los tributos, sus correspondientes tasas y beneficios, que deberá pagar la persona natural ó jurídica por realizar sus operaciones comerciales al estar ubicada en un territorio determinado.
Es entonces claro el proceso de planificación tributaria tiene como fin último garantizar que el estado reciba la mínima suma posible por el concepto del pago de tributos, de manera tal que el contribuyente no vea afectada su rentabilidad ni que el fisco afecte de una manera negativa sus finanzas; por lo tanto este proceso se convierte en una herramienta útil a la administración empresarial para permitirle de una manera anticipada determinar los posibles efectos de los impuestos sobre las finanzas de la compañía y de esta manera poder establecer un conjunto de medidas que puedan aminorar la carga tributaria en el tiempo, valiéndose de los beneficios que para tal fin se determinan en el estatuto tributario; adicionalmente es conveniente mencionar que dada la naturaleza fluctuante que han presentado la normatividad tributaria en el país, el impacto generado por un proceso de estas características, permite preparar los planes empresariales con el fin de permitirle a la administración la definición de estrategias para afrontar tales cambios.
Con el fin de afrontar un proceso de planeación tributaria de una manera eficiente, se hace necesario definir un conjunto de fases, en las cuales se definirá este de tal manera que pueda llevarse a cabo de una forma eficiente; para tal fin primero deberá tenerse un claro conocimiento del negocio, esto incluye las características de la compañía, objeto social, composición de su capital social, riesgos a los cuales se encuentra expuesta, legislación tributaria de carácter especial que es aplicada a ella, planes de inversión e información contable y financiera proyectada en el tiempo; adicionalmente se hace necesario recapitular la información historia de la compañía respecto al manejo tributario, con el fin de identificar aquellos aspectos susceptibles a mejorar, así como la posibilidad de aprovechar saldos a favor y evitar sanciones.
Partiendo de la información recopilada previamente, se define un plan que permita cubrir los siguientes aspectos tales como el diferir los impuestos, los costos de oportunidad ó riesgos involucrados en una alternativa específica y finalmente las modificaciones que vienen de la mano de las reformas tributarias que se dan tan frecuentemente en nuestro país. Considerando tales elementos se hace necesario entonces preguntarse ¿Qué quieren los accionistas?, respuesta que bien puede ser repartir utilidades, capitalizar la compañía, reducir los impuestos que cancela la compañía ó reducir los impactos en los accionistas minoritarios; no obstante de la mano de las alternativas que se presentan en el tema tributario a nivel nacional, también deben contemplarse alternativas que involucran la utilización de los mercados nacionales, esto de la mano de figuras que permiten gozar de bajas tasas de tributación como la presentada en los paraísos fiscales, fideicomisos y sociedades OFFSHORE, claro está que el manejo dado siempre deberá ser legal y perseguir fines lícitos.
Ahora bien, es claro que la implementación del plan definido, requiere de una estrategia con el fin de lograr una exitosa implementación, para tal fin, se hace necesario siempre considerar hasta el más mínimo detalle, por ejemplo en el caso de la presentación de la declaración de renta, deberá procurar presentarla de manera oportuna, acogerse al beneficio de auditoría, evitar pedir reembolsos, así como la ocurrencia de errores en el diligenciamiento del formulario; adicionalmente es claro identificar los riesgos a los cuales se encuentra expuesto el contribuyente, con el fin de minimizar su impacto en caso de ocurrencia, esto permitirá garantizar el cumplimiento del objetivo del proceso.
La gestión del riesgo sistémico del proceso de planeación tributaria, implica la determinación de aquellos factores en los cuales se debe fundamentar la estrategia, considerando entonces la implementación de una matriz DOFA, en la cual las debilidades estarán supeditadas a la situación interna de la empresa, las cuales estarán determinadas por no conformidades en los soportes e información contable; en el caso de las oportunidades se aprecia la posibilidad de acogerse a beneficios, exenciones y descuentos; las amenazas estarán determinadas por las modificaciones en el régimen tributario nacional y de los países en los cuales se encuentre localizado el capital de la persona natural ó jurídica; finalmente las fortalezas se encuentran asociadas con las condiciones de los países en las cuales están los recursos.
Consideremos el caso puntual de una empresa dedicada a negocios en el área de tecnologías de la información, la cual puede cimentar su estrategia tributaria en elementos tales como el desarrollo y comercialización de software propio, siempre y cuando este sea elaborado antes del 31 de diciembre de 2012, la prestación de servicios a empresas ubicadas en el extranjero, dado que estos gozan de exención en el impuesto a las ventas, el leasing de los equipos de computo, ubicación en zonas francas, entre otras; No obstante la implementación de la estrategia, deberá ir de la mano de un proceso de concertación , que permita enfocar los objetivos de la organización y de sus accionistas en torno a los aspectos que será necesario evaluar en términos de afectación de los individuos; en consideración a este aspecto, deberá realizarse una evaluación integral, considerando que el objetivo del administrador es la maximización del valor de la empresa, considerando como un fin el precio de venta de la empresa y no la distribución de las utilidades vía dividendos, claro está que para muchos accionistas, la idea de no recibir dividendos o hacerlo en una proporción inferior a la esperada, deja la percepción de una mala gestión, sería tarea de las directivas de la empresa realizar la adecuada capacitación financiera de las personas respecto a estos elementos.
La situación ideal de un proceso de planeación consiste en aplicar todos aquellos elementos que se encuentren en la legalidad que permitan generar un impuesto alternativo al realmente causado, con un nivel de riesgo cero; el hecho entonces no es dejar de pagar impuesto sino buscar cancelar el mínimo valor posible; para tal fin como se ha venido haciendo mención de una manera previa, deberá en una primera instancia llevar a cabo un proceso de evaluación financiera, definido para un horizonte no menor a cinco años, considerando los flujos de caja proyectados bajo tres escenarios, uno optimista, uno pesimista y finalmente uno neutral, estos escenarios se encontraran soportados en proyecciones macro y microeconómicas, preferiblemente publicadas por entidades que gocen de credibilidad a nivel nacional; a su vez se hace necesario contemplar los posibles cambios en la normatividad tributaria, especialmente porque estos pueden percibirse mucho antes que ocurran, tal es el caso del GMF y del impuesto al patrimonio, así como la posibilidad de la desaparición de exenciones, claro está que siempre puede plantearse la opción de un acuerdo de estabilidad jurídica, los cuales se convierten para el gobierno nacional en una herramienta para reforzar la confianza y generar un clima propicio para la inversión.
Para finalizar, se hace necesario dentro del proceso correspondiente a la planificación, construir un cuadro en el cual se ilustren los tributos, sus correspondientes tasas y beneficios, que deberá pagar la persona natural ó jurídica por realizar sus operaciones comerciales al estar ubicada en un territorio determinado.
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