La actual crisis económica nos presenta de una manera bastante clara como el arsenal de medidas que se tienen para enfrentarla, se reducen a la misma receta keynessiana que tan bien ha servido durante los últimos 60 años, cuando aprendimos que el mundo perfecto planteado por Adam Smith, se encuentra muy lejos de la realidad, quizá cuando dejamos de pensar que todo se encuentra sujeto a las leyes de la oferta y la demanda, que en el fondo el punto de equilibrio no siempre se encuentra en pleno empleo y que quiza pueda darse con inflación ó desempleo y que las medidas que toma el gobierno se encuentran cimentadas en la política monetaria establecida en el caso colombiano por el banco de la república y por la política fiscal establecida por el gobierno nacional, ambas puestas a prueba en el último año, cuando pasamos de una tasa de crecimiento anualizada del 6% a una cercana al 0.5%, con un banco de la republica reduciendo sus tasas de interés en pro de estimular el consumo, y contribuir a incrementar la liquidez en el sistema, con un gobierno nacional manteniendo su nivel de gasto a pesar de ver reducidos sus ingresos, con el consecuente impacto fiscal al incrementarse el déficit el cual venia reduciéndose gracias a la estabilización que se había logrado en los gastos y al incremento en los ingresos, debido al control en la evasión y al sendero de crecimiento que se había venido dando durante los últimos años.
Es claro que la economía colombiana debe especializarse en ramos en los cuales sea mas competitiva, en aras de mejorar sus ingresos fiscales e incrementar su PIB, razón por la cual no es raro ver la expansión de las compañías generadoras y transportadoras de electricidad a lo largo del continente y el fortalecimiento de la industria petrolera; es claro entonces ver como se cumple el principio económico de buscar competitividad a costa de la especialización, aunque si bien no se ha diversificado el mercado de los productos colombianos y se depende en gran medida de las exportaciones a Venezuela, Estados Unidos y México, las cuales no solo han venido decayendo debido a la más reciente crisis económica y política, sino debido a la creciente reevaluación, impulsada por las medidas tomadas por la reserva federal en pro de estimular la economía estadounidense, las cuales han devaluado el dólar a nivel mundial y han generado una brecha respecto a las tasas de interés de los países emergentes, por ejemplo Colombia tiene una tasa de intervención cercana al 4,5%, la cual hace atractiva la situación de tomar prestamos en los Estados Unidos donde la tasa de interés de referencia esta oscilando entre el 0 al 0,25% e invirtiendo en Colombia.
Durante la más reciente crisis evidenciamos como el gobierno y el Banco de la República hicieron uso de la política monetaria y la política fiscal en pro de encaminar la economía por una senda de crecimiento y de paso evitar que el impacto de la recesión económica mundial fuese altamente impactante en la economía nacional, esta situación ejemplifica de manera clara el modelo de la bañera y el desagüe presentado por Jhon Charles Pool.
Es evidente que la economía no ha logrado reponer la cantidad de puestos de trabajo reducidos durante las dos últimas recesiones y que probablemente se deban realizar sacrificios bien sea en la política fiscal ó en la política inflacionaria con el fin de reducir los actuales niveles de desempleo.
En el ámbito microeconómico, es claro que las compañías nacionales deben buscar producir a un nivel que se maximice su ingreso marginal, aunque probablemente encontremos compañías que se encuentren operando a pesar de generar perdidas, quizás porque es mas costoso cerrarlas o por el ámbito del negocio al cual se dedican, aunque es claro que la industria nacional se encontraba en una posición favorable antes de la apertura económica de los años 90’s, esto debido a las restricciones que existían en la importación, lo que en muchas oportunidades ubicaba los productos de la industria nacional en ventaja y con los sustitutos más cercanos bien producidos por otras empresas nacional o gravados con unos aranceles bastante elevados; la situación cambio con la apertura, cuando el mercado se inundo de bienes importados con precios más favorables que los productos nacionales, llevando a que muchas de las grandes empresas se declararan bajo el amparo de la ley 550, debido a que no eran competitivas en precio y eran ineficientes en su manejo administrativo, muchas de ellas no podían rebajar sus precios debido a sus altos costos marginales, sin embargo otras actividades florecieron y se conformaron grandes oligopolios conformados por empresas de servicios públicos, grandes superficies, conglomerados financieros que obligaron al estado a su vez a intervenir en los precios imponiendo regulaciones y creando entes de control encargadas de establecer las regulaciones; adicionalmente se elimino el subsidio estatal a algunos bienes, como es el caso de los combustibles, los cuales pasaron a tener solo un precio mínimo y su tope fijado por la competencia entre los distribuidores, valga la pena aclarar que dicho precio mínimo tiene asociado el costo de oportunidad derivado de la ganancia de vender ese producto fuera del mercado interno, es el mismo caso que sucede con el alcohol carburante.
Es claro ver que en este mercado no solo existen oligopolios sino monopolios regionales, como es el caso de EPM ó mercados en los cuales las empresas conforman carteles con el fin de establecer políticas de precios y restringir el ingreso de nuevos competidores, aunque en muchos casos el gobierno impone las barreras para ingresar al mercado.
En lo referente a la economía internacional, al igual que muchos de las países del mundo acumulamos reservas internacionales en dólares, en la actualidad contamos con cerca de veinticuatro mil millones, nos especializamos en la exportación de commodities, como casi todos los países de América latina, si bien exportamos otros productos como el café, banano, flores, es evidente que no se requiere demasiado para su proceso, nuestra competitividad se ve afectada directamente por la escasa infraestructura que tenemos, esto denota que los gobiernos no han priorizado sus inversiones en este aspecto, con lo que nuestra competitividad y por ende nuestro crecimiento se ve afectado, situación que evidencia que más que un dirigente requerimos un gerente.
Es claro que la economía colombiana debe especializarse en ramos en los cuales sea mas competitiva, en aras de mejorar sus ingresos fiscales e incrementar su PIB, razón por la cual no es raro ver la expansión de las compañías generadoras y transportadoras de electricidad a lo largo del continente y el fortalecimiento de la industria petrolera; es claro entonces ver como se cumple el principio económico de buscar competitividad a costa de la especialización, aunque si bien no se ha diversificado el mercado de los productos colombianos y se depende en gran medida de las exportaciones a Venezuela, Estados Unidos y México, las cuales no solo han venido decayendo debido a la más reciente crisis económica y política, sino debido a la creciente reevaluación, impulsada por las medidas tomadas por la reserva federal en pro de estimular la economía estadounidense, las cuales han devaluado el dólar a nivel mundial y han generado una brecha respecto a las tasas de interés de los países emergentes, por ejemplo Colombia tiene una tasa de intervención cercana al 4,5%, la cual hace atractiva la situación de tomar prestamos en los Estados Unidos donde la tasa de interés de referencia esta oscilando entre el 0 al 0,25% e invirtiendo en Colombia.
Durante la más reciente crisis evidenciamos como el gobierno y el Banco de la República hicieron uso de la política monetaria y la política fiscal en pro de encaminar la economía por una senda de crecimiento y de paso evitar que el impacto de la recesión económica mundial fuese altamente impactante en la economía nacional, esta situación ejemplifica de manera clara el modelo de la bañera y el desagüe presentado por Jhon Charles Pool.
Es evidente que la economía no ha logrado reponer la cantidad de puestos de trabajo reducidos durante las dos últimas recesiones y que probablemente se deban realizar sacrificios bien sea en la política fiscal ó en la política inflacionaria con el fin de reducir los actuales niveles de desempleo.
En el ámbito microeconómico, es claro que las compañías nacionales deben buscar producir a un nivel que se maximice su ingreso marginal, aunque probablemente encontremos compañías que se encuentren operando a pesar de generar perdidas, quizás porque es mas costoso cerrarlas o por el ámbito del negocio al cual se dedican, aunque es claro que la industria nacional se encontraba en una posición favorable antes de la apertura económica de los años 90’s, esto debido a las restricciones que existían en la importación, lo que en muchas oportunidades ubicaba los productos de la industria nacional en ventaja y con los sustitutos más cercanos bien producidos por otras empresas nacional o gravados con unos aranceles bastante elevados; la situación cambio con la apertura, cuando el mercado se inundo de bienes importados con precios más favorables que los productos nacionales, llevando a que muchas de las grandes empresas se declararan bajo el amparo de la ley 550, debido a que no eran competitivas en precio y eran ineficientes en su manejo administrativo, muchas de ellas no podían rebajar sus precios debido a sus altos costos marginales, sin embargo otras actividades florecieron y se conformaron grandes oligopolios conformados por empresas de servicios públicos, grandes superficies, conglomerados financieros que obligaron al estado a su vez a intervenir en los precios imponiendo regulaciones y creando entes de control encargadas de establecer las regulaciones; adicionalmente se elimino el subsidio estatal a algunos bienes, como es el caso de los combustibles, los cuales pasaron a tener solo un precio mínimo y su tope fijado por la competencia entre los distribuidores, valga la pena aclarar que dicho precio mínimo tiene asociado el costo de oportunidad derivado de la ganancia de vender ese producto fuera del mercado interno, es el mismo caso que sucede con el alcohol carburante.
Es claro ver que en este mercado no solo existen oligopolios sino monopolios regionales, como es el caso de EPM ó mercados en los cuales las empresas conforman carteles con el fin de establecer políticas de precios y restringir el ingreso de nuevos competidores, aunque en muchos casos el gobierno impone las barreras para ingresar al mercado.
En lo referente a la economía internacional, al igual que muchos de las países del mundo acumulamos reservas internacionales en dólares, en la actualidad contamos con cerca de veinticuatro mil millones, nos especializamos en la exportación de commodities, como casi todos los países de América latina, si bien exportamos otros productos como el café, banano, flores, es evidente que no se requiere demasiado para su proceso, nuestra competitividad se ve afectada directamente por la escasa infraestructura que tenemos, esto denota que los gobiernos no han priorizado sus inversiones en este aspecto, con lo que nuestra competitividad y por ende nuestro crecimiento se ve afectado, situación que evidencia que más que un dirigente requerimos un gerente.
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