domingo, 6 de octubre de 2013

El Mercado de Valores como un Sistema Dinamico (Parte 1)


La teoría de los sistemas dinámicos  1960 por Jay Forrester[1] de la MIT Sloan School of Management del Massachusetts Institute of Technology, con el objetivo de modelar y analizar sistemas complejos por medio de  ecuaciones matemáticas en las cuales se plasma la interacción existente entre los diferentes elementos que lo componen, identificando los bucles de realimentación así como los retrasos  en el flujo de información y materiales dentro del sistema.

Si se toma en consideración que un modelo permite simular a priori el impacto de una determinada medida o política sobre un sistema, sin incurrir en los riesgos asociados  a una implementación y llevando a cabo los ajustes mediante la configuración y diseño de escenarios estilo “what if” (¿qué pasaría si?), los cuales a su vez facilitan entender como un sistema evoluciona a través el tiempo.

Partiendo de las anteriores definiciones y conceptos, se procede en una primera instancia a embeber el mercado de capitales como un sistema complejo y por ende viable de ser modelado, no obstante para desarrollar esta actividad se hace necesario en una primera aproximación determinar las variables principales que sustenten el sistema, para una vez surtida esta etapa del proceso, identificar los bucles de realimentación positivos o negativos que determinaran el comportamiento total del sistema.

Una primera aproximación al mercado de capitales permite la identificación de variables tales como: liquidez, volumen, número total de inversores, retorno de inversión, tasa de intervención bancaria, devaluación/ revaluación de la moneda, tasa de impuestos, tasa de desempleo, inflación / deflación, perfil del inversor, etc. Siendo el comportamiento de las mismas, el que influirá sobre el sistema como un todo,  sus interrelaciones presentaran un impacto dependiendo de cómo hagan parte de los bucles de realimentación en los cuales sean partícipes; ahora bien un ciclo de realimentación puede definirse como un evento en el cual el subsistema conformado por un conjunto de variables presenta como entrada del mismo, las salidas que este provee, pudiendo clasificarse además en función de la naturaleza del ciclo, esto es, si el impacto que presentan las variables es de incremento, se conoce como refuerzo positivo, caso contrario se conoce como refuerzo negativo.

Por tanto identificar estos ciclos y sus patrones de refuerzo se convierte en una actividad importante al plantear una aproximación sistémica que permita dar por resultado un modelo que represente la realidad del sistema, pues dependiendo de este nivel, serán los resultados que se obtengan de los ejercicios de simulación que se ejecuten sobre el mismo y por ende la validez de sus resultados será relevante en el proceso de toma de decisiones y definición de estrategias.

El objetivo entonces de un modelo es permitir determinar el comportamiento de un sistema entendiéndolo en una primera instancia como un todo, el cual comprende variables y las relaciones entre estas, permitiendo efectuar procesos de simulación para determinar con anterioridad los efectos que una decisión tendrá sobre la totalidad del sistema.




[1] Forrester, Jay (1971). Counterintuitive behavior of social systems. Technology Review 73(3): 52–68