Colombia es un país cuyo modelo de desarrollo llevo a los centros
productivos lejos de las zonas costeras y por décadas no se preocupó por
integrarlos de manera efectiva, cuando debería haber garantizado la
conectividad multimodal a través de proyectos de infraestructura con visión
de largo plazo que permitieran fomentar el desarrollo integral del país,
lo más curioso de esta situación es que tampoco fuimos capaces de aprovechar el
retraso en la firma del TLC con los EEUU para establecer estrategias que nos
permitieran salir del rezago y debimos esperar a que este tratado fuera
ratificado para bosquejar inversiones que a duras penas permitan tratar de
sacar el país del atraso en el cual se encuentra.
Todos vemos ahora como el país se integra a organizamos internacionales
como la OCDE, y fomenta en el desarrollo de la Cuenca del pacifico, cuando no
se ha preocupado por fomentar el desarrollo social en los departamentos que
tiene en dicha cuenca, dejando las exportaciones a la merced de un solo Puerto
de carga, el cual se encuentra vinculado al interior del país por una
infraestructura que aún deja mucho que desear; no es extraño entonces que le
hayamos dado también una no muy santa sepultura al sistema férreo y que durante
la presidencia del Dr. Álvaro Uribe y en la presente del Dr. Juan Manuel Santos,
se estén hacienda esfuerzos casi desesperados por revivirla, para tratar de
impulsar una reducción en los costos operativos de trasporte que mejoren un
poco la competitividad del producto colombiano, tampoco es ajeno entonces que
hayamos descuidado por décadas las principales arterias fluviales del país y
ahora tratemos en vano de recuperar el tiempo perdido; pero preguntémonos cuál
es la real causa de estos atraso y siempre tendremos las mismas respuestas, la
falta de visión de los políticos que han dirigido los destinos de la nación
durante las últimas décadas quienes en medio de su propio deseo de protagonismo
se olvidaron de cumplir con el más sagrado deber que un gobernante debe llevar
a cabo y es el establecimiento de condiciones que permitan a los habitantes del
país alcanzar un estado de felicidad por medio de condiciones
sostenibles avaladas por el desarrollo de los medios productivos del país
y por si fuera poco el gran demonio de la corrupción ha tomado considerable
recursos del erario público que deberían haber permitido el desarrollo de la
población y los llevaron al beneficio individual de unos pocos.
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