Las inversiones en cualquier activo financiero siempre involucran un riesgo, el cual en mayor o menor medida se encontrará relacionado con la rentabilidad que el activo produce a través del tiempo, bajo esta óptica, podría decirse que un activo certificado de deposito a termino (CDT) e incluso una cartera colectiva tendrá un menor riesgo y por ende menor rentabilidad que un activo que involucre una inversión en el mercado de divisas o accionario; no obstante este riesgo puede verse reducido si se llevan a cabo actividades que permitan incrementar nuestro conocimiento, dentro de los cuales destacan los siguientes: realizar cursos de análisis técnico y percepción fundamental, definir estrategias de trading, implementar políticas de gestión de riesgo e incluso delegarla gestión del activo a un tercero para que este la lleve a cabo.
Si bien es cierto cualquiera de las medidas que se implementen busca minimizar el riesgo de perdidas, todas ellas deben ser consideradas y analizadas de manera efectiva en el mediano plazo, con el fin de permitir al inversor la toma de decisiones sustentadas en eventos consistentes y no en especulaciones, no obstante la definición del plazo estará supeditada siempre a las expectativas que tenga el inversor mas allá de las expectativas del gestor de la cuenta; ahora bien todos elementos mencionados deben sopesarse en conjunto con el fin de evitar incurrir en expectativas irreales que deriven en frustraciones del inversor.
Lo importante es recordar que independiente del camino elegido siempre existirá un riesgo al recorrerlo y depende de las decisiones que se tomen reducir la exposición al mismo.
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